Tantoyuca, Ver. – La noticia que muchos temían se hizo realidad: Central Mueblera Pacheco, símbolo del comercio tradicional y del esfuerzo local, comenzó a cerrar sus sucursales en la región, dejando a su paso un vacío que va más allá de lo económico: se trata del fin de una era para la Huasteca.En Tantoyuca, la histórica tienda de la calle Independencia, donde cientos de familias iniciaron el sueño de amueblar su hogar, ya se encuentra en proceso de vaciarse.

Los muebles y electrodomésticos que alguna vez fueron ilusión para tantos, se trasladan ahora a la sucursal de la calle Miguel Hidalgo, la única que, de momento, seguirá en funciones.El golpe no se limita a Tantoyuca: Tamazunchale, Chicontepec y Huejutla también vieron bajar las cortinas de estas emblemáticas tiendas, cerrando así un capítulo que marcó la vida comercial y social de la región.El cierre no fue casualidad. A la llegada de grandes cadenas trasnacionales como Coppel y Elektra, que redujeron drásticamente las ventas de la mueblería local, se sumaron los altos impuestos interpuestos por el Gobierno, además de circunstancias internas que afectaron su estabilidad y operación. Todo ello terminó por asfixiar a la empresa que por décadas fue referente de confianza.El personal, que durante años fue parte de esta historia, enfrenta ahora liquidaciones, dejando atrás no solo un empleo, sino un pedazo de vida en el que contribuyeron a levantar los hogares de miles de familias.Más allá de lo comercial, lo que se despide es una época entera de recuerdos: • La primera sala que dio calidez a un nuevo hogar 🛋️ • El comedor donde se reunía la familia en navidades 🍽️🎄 • El refrigerador que guardaba los antojos de la infancia ❄️ • La cama donde crecieron generaciones 🛏️Central Mueblera Pacheco fue mucho más que una tienda: fue parte del hogar, de la identidad y de la historia de la Huasteca.Hoy, mientras varias sucursales cierran sus puertas para siempre, la de Miguel Hidalgo en Tantoyuca resiste como el último bastión de una tradición que se niega a desaparecer.El cierre marca el fin de un negocio, pero también de una tradición que durante décadas acompañó a familias enteras. Sin embargo, en cada sala, cada comedor y cada recuerdo, Central Mueblera Pacheco seguirá viva en el corazón de la región.