En pleno día del sepelio de la maestra Irma Hernández Cruz, otro hallazgo sacude Álamo Temapache: un cuerpo femenino emerge de la tierra en un naranjal. Veracruz sigue sangrando mujeres.
Álamo Temapache, Ver. – El terror vuelve a brotar del suelo en el norte de Veracruz. Este viernes, trabajadores del campo realizaron un hallazgo espeluznante en el ejido Agua Nacida: un cadáver semienterrado, aparentemente femenino, fue localizado en una brecha rodeada de huertas de cítricos. El olor putrefacto alertó a los jornaleros, quienes al remover la tierra descubrieron restos humanos parcialmente cubiertos.
El lugar —a apenas un kilómetro del panteón de Agua Nacida y rumbo a la colonia Unidad Socialista— fue acordonado de inmediato por elementos de la Policía Estatal, la Secretaría de Marina, el Ejército Mexicano y peritos de la Fiscalía. La escena apunta con fuerza hacia un nuevo caso de feminicidio, pero, hasta el momento, la autoridad guarda silencio oficial sobre la identidad de la víctima.
Sin embargo, la coincidencia es estremecedora: el pasado viernes 18 de julio fue reportada como desaparecida Dulce Hortencia Tolentino Hernández, joven vecina de la colonia Unidad Socialista, quien salió a recolectar escobas y nunca regresó a su casa. La fecha coincide con la del secuestro de la maestra Irma Hernández Cruz, también asesinada.
Familiares de Dulce acudieron al sitio del hallazgo, con la esperanza —o el horror— de identificar los restos. No se les permitió observar el cuerpo, ya que aún no había sido completamente exhumado por los peritos. Uno de los hermanos de Dulce confirmó que deberán esperar hasta que el cuerpo sea trasladado a una funeraria para hacer el reconocimiento formal.
Mientras tanto, la incertidumbre y el miedo cunden en el municipio. Si los restos no corresponden a Dulce Hortencia, esto abriría una nueva línea de investigación aún más aterradora: hay otra mujer asesinada y enterrada clandestinamente en los campos de Álamo, y nadie sabe quién es.
Este segundo hallazgo ocurre el mismo día que será sepultada la maestra Irma, víctima de un secuestro y ejecución atroz tras negarse a pagar derecho de piso. El municipio de Álamo Temapache —gobernado por autoridades omisas, sin presencia real del Estado— se convierte así en símbolo doloroso de la violencia feminicida que arrasa Veracruz.
¿Hasta cuándo seguirán apareciendo cuerpos de mujeres en el campo veracruzano como si fueran basura?
¿Dónde está el plan de seguridad, la respuesta estatal, la voluntad de parar esta masacre silenciosa?
¿O es que el silencio y la impunidad ya forman parte del paisaje habitual?
Álamo no sólo está de luto. Está en alerta roja permanente. Cada semana, una nueva fosa. Cada día, un nuevo rostro ausente. Y la tierra sigue tragándose mujeres sin que nadie la detenga.